Cien cohetes, cien momentos de felicidad 

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Cien cohetes, nacieron con cien momentos de felicidad…
Murió ella y al día siguiente murió él

Y las arrugas dieron alas a sus almas
Y eran jóvenes y miraban aquellos fuegos artificiales pidiendo un deseo tras cada explosión de color, eran sus cien cohetes, cien momentos de felicidad con los que todos nacemos y ellos se disponían a vivir…
Y fueron felices…
Y pasó el tiempo

Y se hicieron mayores…
Y las arrugas envolvieron aquellas penas, aquellas alegrías hoy lejanas, siempre tan cercanas.
Y hoy las arrugas sonríen al recuerdo. Ese recuerdo de una vida les acompaña últimamente a cada instante, sentados a su mesa, paseando de la mano por el paseo, bailando en las fiestas del pueblo, charlando en familia…recuerdos hechos presente que ha convertido sus vidas en un trío donde el pasado ocupa el centro y con el que beben a sorbo lento sus últimos días de vida.
Y las arrugas bostezan, el cansancio se apodera de sus cuerpos marchitos. La hora de partir se aproxima y la sensación de haber sido felices, muy felices los tres les embarga.
Y las arrugas vinieron a dar fé de una vida vivida con plenitud, un trabajo acabado con la íntima satisfacción del deber cumplido, sin deudas, sin palabras de amor en el tintero, las arrugas vinieron a dar fé
Y las arrugas fueron testigo de aquel último pensamiento, “vivimos aquellos cien cohetes de felicidad, aquellos y muchos más momentos de VIDA, que hicieron que vivir mereciera la pena”
Y las arrugas cubrieron sus cuerpos y dieron alas a sus almas…Hoy vuelan en su busca uno del otro para firmar un nuevo contrato de amor, de felicidad allá donde vayan…hasta que las arrugas vuelvan a cubrir sus cuerpos tras una vida de felicidad diferente.
DEP Ella y Él, Descansen En Paz!
PD: Este post va dedicado a una pareja de ancianos fallecidos este pasado invierno, murió ella y al día siguiente murió él. Tuve la suerte de charlar con ellos y tuve la suerte de oír amor en boca de dos personas plenas que sabían de su próximo final. Palabras bonitas, nada de resignación ni fatalidad, palabras que sólo puede pronunciar aquel que vivió sus cien cohetes plenamente!
#AlbertoLS

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